El viernes 15 de agosto, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump, sostendrán un encuentro en la base militar Elmendorf-Richardson, cerca de Anchorage, Alaska, a partir de las 11:30 a.m. hora local. Según el Kremlin, el tema central será el arreglo de la crisis en Ucrania, conflicto que ha marcado la relación entre ambas potencias.
La cumbre comenzará con un cara a cara entre ambos mandatarios, seguido de un desayuno de trabajo al que se sumarán cinco altos funcionarios de cada país. Por parte de Rusia, la delegación incluirá al asesor para política internacional, Yuri Ushakov; el canciller Serguéi Lavrov; el ministro de Defensa, Andréi Beloúsov; el ministro de Finanzas, Antón Siluánov; y el enviado para la cooperación económica con Estados Unidos, Kiril Dmítriev. La delegación estadounidense aún no ha revelado los nombres de sus integrantes.
Además de la crisis ucraniana, se abordarán temas de seguridad, paz y cooperación bilateral, así como asuntos económicos y comerciales. El encuentro concluirá con una rueda de prensa conjunta, tras la cual la delegación rusa abandonará el territorio estadounidense.
En la víspera, Putin elogió los esfuerzos “sinceros” y “enérgicos” de la administración Trump para poner fin a la guerra en Ucrania, destacando que dichas acciones buscan un acuerdo beneficioso para todas las partes. Este reconocimiento, previo a la cumbre, abre la puerta a posibles avances en las negociaciones de paz, que podrían incluir acuerdos de alto el fuego, ya sea limitado al ámbito aéreo o de alcance total.