La confianza en la Policía Nacional del Perú (PNP) atraviesa su punto más crítico de la última década. Solo un 14,2% de la ciudadanía expresa aprobación hacia la institución, según el más reciente informe del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana y el INEI.
Este descenso se produce en medio de graves cuestionamientos por el asesinato del joven rapero Eduardo Ruiz “Trvko”, la represión policial en protestas y los constantes casos de corrupción interna. Hasta agosto de 2025, casi mil efectivos policiales han sido detenidos por diversos delitos: 222 por violencia contra la mujer, 191 por actos de corrupción y 181 por crímenes contra la vida y la salud, entre otros.
En 2024, la aprobación de la PNP fue del 17,6%; en 2022 y 2023, del 21,2% y 20,5%, respectivamente. Desde 2020, cuando alcanzó su mayor nivel con 28,2%, la confianza pública se encuentra en caída constante.
Para el exdirector de la PNP Eduardo Pérez Rocha, las causas principales son “la elevada cantidad de denuncias contra los propios policías y la falta de resultados frente a la delincuencia”. Añadió que “el desprestigio aumenta cuando los ciudadanos perciben que las denuncias no generan protección, sino represalias”.
Rocha propone reactivar una inspectoría eficaz que expulse de inmediato a los agentes involucrados en delitos y retomar estrategias como el plan cuadrante y las juntas vecinales para recuperar la confianza ciudadana.
Por su parte, el exministro del Interior Wilfredo Pedraza atribuye la crisis a la inestabilidad política que atraviesa el país desde 2016. “Los constantes cambios de ministros, la falta de equipamiento y la corrupción interna han debilitado la institución”, señaló.
Pedraza considera que el Gobierno transitorio de José Jerí debe priorizar la lucha contra la extorsión y el crimen organizado, fortaleciendo las unidades de inteligencia y tecnología policial. “Si solo se limitan a medidas simbólicas como el estado de emergencia o visitas a comisarías, la desaprobación seguirá creciendo”, advirtió.
Ambos especialistas coinciden en que la recuperación de la imagen de la PNP dependerá de resultados tangibles en seguridad ciudadana y de un cambio estructural que expulse la corrupción desde adentro.